Diferentes perspectivas de cuerpo y conciencia

La incesante lectura, revisión y análisis de los diversos autores, técnicas y propuestas de valor que hemos podido observar, podemos sacar en claro que según Kesselman (1990) en la vida diaria tu cuerpo experimenta muchas sensaciones para las que no encuentras las palabras para ponerles nombre. Conectas con sensaciones como frío, dolor, presión, pero estas sensaciones van rotando constantemente, pero van cambiando el frío se hace menos frío… Las emociones podrían ser pensadas como un conjunto de emociones que se conectan unas con otras entre sí a lo que llamamos emoción. La emoción, desde este tipo de pensamiento corporal que bosquejo, es singular y no valdrían las generalizaciones, aunque exista esa tentación. Además, Susana en su libro distingue entre corporizar y somatizar. La sensación que no se registra, que no se corporiza, se somatiza. Añade algunos ejemplos sobre esto, queriendo afirmar lo imperiosa que es la sensación para llevarnos a pensamientos y a acciones adecuadas.
A continuación abordaremos la relación que existe entre el cuerpo como parte física y su parte emocional, sentimental, etc. Continuamente hemos relacionado el deporte con la parte exclusivamente física y hemos dejado de lado un aspecto muy importante como es la parte somática. Según la doctora Kaparo (2014) la parte emocional, sentimental y espiritual de una persona determina de forma muy importante su manifestación corporal, postura, movimientos e influye de forma positiva o negativa en patologías o miedos. De todo esto podemos poner como ejemplo personas que muestran posiciones muy cifóticas o con una hiperprogramadas de las cadenas de cierre y flexión, relacionándose con personas introvertidas, con miedo, poco sociables, estresadas o con algún tipo de problema a nivel visceral. Para gozar de buena salud es importante conseguir plenitud en cuanto a la parte social, emocional, física y espiritual, todas ellas forman un todo.
A su vez, otra percepción distinta del cuerpo y conciencia recae sobre Labonté (2009), la cual relata en su libro “Liberación de corazas” que las corazas son en realidad una protección que nos ponemos de manera inconsciente, física, psicológica o mental. La coraza se instala en nuestro cuerpo después de una reacción de supervivencia. Cuando no sentimos atacados nos protegemos y el cuerpo instintivamente se cierra. La coraza proviene de la parte más antigua del cerebro; el cerebro reptiliano y utilizamos nuestra coraza como una muralla. En primer lugar se instala en el cuerpo físico y también puede estar a nivel emocional, coraza emocional, y también a nivel psíquico.
El objetivo de la coraza es proteger nuestro interior frente a un ataque y tenemos que aprender a quitárnoslas. Las corazas se manifiestan ciertos momentos de nuestra vida, cuando pasamos momentos duros, o ciertas enfermedades y tenemos que ir liberándonos de esas corazas, puesto que son la base del problema. Según un enfoque de Wilhelm Reich, hay otras corazas que se forman desde el útero, durante el nacimiento y hasta la adolescencia, que se instalan en la persona de manera inconsciente. 

Por otra parte, Según Alexander (1959), la eutonía se enfoca en lograr conciencia de la piel, músculos y huesos, puesto que se basa en la experiencia del propio cuerpo. Es importante tomar conciencia de nosotros y de las cosas que nos parecen obvias y habituales. Para ello, la autora propone un aprendizaje para la regulación del tono muscular, adecuándose para cualquier situación de la vida y, así, obtener el grado correcto de tensión en cada movimiento.

El método que usa Alexander en su libro “La Eutonía”, utiliza el propio cuerpo como motor de búsqueda para hacer un buen uso de él, adquiriendo la capacidad de fluir entre niveles de tensión óptima y adecuada a las necesidades de las actividades cotidianas. Quienes practican la eutonía notan una mejora en la salud general, en las funciones articulares, en la postura y la cinestesia y también logran un manejo más orgánico y natural de su cuerpo a la hora de realizar actividades cotidianas que requieren esfuerzo. También se reportan un mayor control de las funciones vegetativas, involuntarias, como las asociadas a la respiración, circulación, la digestión y el sueño.
Finalmente, después de examinar las lecturas a parte de los libros de texto, podemos sacar en claro grandes conocimientos y perspectivas diferentes, como por ejemplo que según Marés (2016), el tema principal a tratar es el dualismo cuerpo - mente, en el cual se separan estos dos términos y se analizan por separado, dotándolos de una dimensión diferente en relación a las concepciones tradicionales sobre el cuerpo. 

Desde que nacemos hasta que llegamos a nuestra etapa adulta no paramos de sufrir y vivir cambios en nuestra red neuronal, esquemas motores, cambios fisiológicos y patrones de pensamiento.

A través de la gimnasia se produce la liberación de nuestro yo interno y nuestro cuerpo, replantearnos todas las seguridades establecidas hasta el momento y sacarnos de nuestra zona de confort, reestructurar nuestro esquemas e incluso nuestra propia visión, y por último transportarnos por todo un viaje hasta provocar un cambio en nuestra conciencia.
Todo esto se consigue además con el mantenimiento de la forma física, el desarrollo de la fuerza, trabajando la flexibilidad y agilidad.

Asimismo, según Gallo (2014), el cuerpo y la conciencia se debe abordar a través de la educación de lo sensible, es decir, prestar atención a los movimientos, actuaciones y formas de vivir que más pasan desapercibidas, pero que a la vez influyen de forma latente ejerciendo presión sobre nosotros y nuestro día a día. presiones que desembocan en flujos que pensamientos, actitudes y relaciones, los cuales son claros indicativos de cambio.
Todo esto comprende la educación corporal, el aprendizaje a través de las enseñanzas y experiencia evidenciadas. Además, sin olvidar las prácticas diversas que pueden servir de ejemplo como las performances o el arte de bailar.

Y por supuesto sin olvidar que según Planella (2019), podemos observar su visión epistemológica-somática para entender la concepción del cuerpo y la toma de conciencia sobre esta en cualquier aspecto y situación. La persona “encarna su cuerpo, lo representa y lo vive como unidad psicosomática”. Para este autor, el cuerpo se construye socialmente, “es una ficción”; A su vez, el cuerpo es constitutivo de la persona, esta misma es la que lo crea; Por otra parte, el cuerpo es un aspecto fundamental para entender los discursos sociales y la imagen que se proyecta sobre los demás; Y por último, la concepción de que el cuerpo está sufriendo un cambio orientado positivamente en estos años modernos.



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